La Paloma acoge un viacrucis contemporáneo

 

Nuestra parroquia albergará durante el periodo de Cuaresma la exposición Viacrucis del artista cubano Michel Pérez Pollo.

La muestra se podrá contemplar en el templo hasta el 24 de marzo, en el horario de apertura de la iglesia, de 9:00 a 13:00 y de 18:00 a 20:00 horas.
Además, durante el tiempo litúrgico cuaresmal, cada viernes se rezará la oración penitencial a las 18:00 horas

Viacrucis contemporáneo

Compuesta por tablas realizadas por el artista entre 2014 y 2019, la muestra se presentó por primera vez en público en noviembre de 2019 en la catedral de La Habana. Para Luis Sicre, el Viacrucis de Michel Pérez Pollo "parece ser una serie de pinturas de mediano formato, pero se trata en realidad de una intervención artística que utiliza lo pictórico como lenguaje. Es su inserción en un templo y todas las experiencias generadas por ello, el centro de la obra." En las obras expuestas, representando las 14 estaciones, resalta el colorido:

I
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Ante la turba enfurecida, Pilato firma la sentencia a muerte de
Jesús. El color rojo, símbolo de perfección, surge como sello y le corona.

II
JESÚS CARGA CON LA CRUZ

La crucifixión es el castigo más infame que reciben los enemigos de Roma.
La cruz se apoya en un cubo ámbar, color que simboliza la gloria y gracia de Dios. Ha sido ungida.


III
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ. EL AGOTAMIENTO SE HA
APODERADO DE SU CUERPO

Se advierte la inestabilidad del cuerpo, más no su vencimiento. Cae sobre la hierba verde (Marcos 6,39), sobre la luz. La cruz y Cristo son uno. El sello rojo que antes le coronaba ahora está sobre sus hombros.

IV
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

El profundo dolor de María al ver sufrir a su Hijo: impotencia, tensión, lágrimas; confianza. La cruz se yergue. El cielo, en el fondo, se muestra claro y despejado. Su sombra es un pequeño manantial.

V
EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A CARGAR LA CRUZ

Simón de Cirene primero es obligado a cargar el madero. Después, lo abraza junto a Él. A diferencia de otras estaciones donde Jesús cae, esta vez la cruz se inclina a la izquierda marcando el rumbo. Cirene se abraza a ella, se hace uno con ella y emprende el camino. De súbito el sello se ha teñido de ocre, como de arcilla, como de semilla.

VI
LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

Verónica no teme abrirse paso entre los soldados para limpiar el sudor y la sangre del rostro de Cristo. Como regalo, recibe el divino semblante plasmado en su velo. El marrón ha sido siempre símbolo de consuelo. La cruz se abre en un cuadrado casi perfecto, símbolo de secreta belleza y de comunión. El
sello vuelve a tornarse rojo, recuerdo infalible.

VII
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Pierde sus fuerzas, aplastado por el peso de la cruz; pero consigue levantarse y seguir el camino. Fatiga de la carne. Los colores se dejan invadir por un sutil tono gris, gesto que sirve de preámbulo a las siguientes estaciones. Pero asoma el verde, el color de la esperanza, de la vida nueva y eterna. Poder creciente del espíritu.

VIII
LAS MUJERES DE JERUSALÉN LE LLORAN

Las mujeres se conmueven al ver que Cristo padece injustamente. La iniquidad parece triunfar sobre la inocencia. Al igual que en la primera estación, la cruz se apoya sobre otros volúmenes, sobre otros cuerpos. Esta vez su sombra se convierte en un manantial de lágrimas. “Verted ese compasivo llanto sobre vosotras mismas y sobre vuestros propios hijos”.

IX
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Mientras más se abaja el “Hijo del hombre”, más se enaltece el “Hijo de Dios”.
Empiezan a confluir colores vívidos y cálidos. El naranja significa persistencia y, tras él, se advierte la dorada emanación de un alma purificada. La Tierra alrededor se presiente gris; el cielo, desolado. Mientras, su espíritu se muestra fortalecido.

X
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Sin nada llegamos a este mundo y sin nada nos iremos de él. Jesús se entrega a sus verdugos, manso, y acepta el tormento en un gesto de súplica a Dios. Desaparece el color, así como lo hicieron sus vestiduras. Y la cruz se cubre de vívida luz.

XI
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Cristo comparte el dolor de los crucificados de ayer y de aquellos que son sujetos a las nuevas cruces de hoy. Su cuerpo es de azul zafiro. Le corona el rojo sello al fin. Reinan la calma, la serena grandeza y la belleza. Ha llegado la hora y el cielo se hace presente con unos tonos celestes muy tenues y densos.

XII
JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Los ojos cerrados y la cabeza inclinada sobre su hombro derecho anuncian la llegada de la muerte. La muerte ha consumido el rojo sello y la cruz aparece, por primera vez, totalmente sola. Este es el árbol de la vida, donde estuvo clavada la salvación del mundo.

XIII
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ

El cuerpo sin vida de Jesús es colocado sobre el regazo de su madre. Es la Piedad, inefable vínculo de amor entre la madre y el Hijo. La sombra de la cruz se derrama sobre la Tierra. Esta vez el rojo sello vuelve a aparecer, ahora, como símbolo del alma de María, cuya pasión aún no ha terminado.

XIV
JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO

José de Arimatea y Nicodemo son, cuando todos huyen, los que dan la cara. Se preocupan por el cuerpo de Jesús, ofreciéndole lo único que pueden: un lugar para su reposo. Un abrazo de almas que se sostienen mutuamente. La cruz es ahora el corazón de un volumen pétreo. Ha desaparecido para siempre la soledad, el miedo y el dolor. Volvemos a la composición inicial del cuadrado y regresa el color verde, símbolo de esperanza. El suelo se tiñe de azul celeste.

 


Sobre el autor: Michel Pérez Pollo nació en Manzanillo (Cuba) en 1981. Graduado por la Escuela Profesional de Arte de Holguín (1999) y el Instituto Superior de Arte (ISA) en La Habana (2007), en la actualidad reside y trabaja entre Madrid y La Habana.

Regresar al blog